Capitulo 2 - ¿Es real o no?

🌍 Click here to translate this chapter into your language.


  



🌒 

Aún estoy en el edificio.
Hoy se me está haciendo eterno.
Tengo más sueño de lo normal, una sensación extraña…
Mi cuerpo no me responde del todo.

Le digo a Cloe y Chanel que se encarguen de unos trámites.
Hoy me voy antes.
Me miran con preocupación, pero no tengo tiempo para darles explicaciones.

Cojo un taxi.
Solo quiero llegar a casa.

Cristian me ve justo antes de salir y se ofrece a llevarme.
Pero no estoy para conducir…
ni para que empiece a contarme sus fantasías.
No tengo energía ni paciencia.

Llego.
Y justo cuando voy a abrir la puerta de casa…
algo raro ocurre.

No sé si me desmayé…
o si estoy muerta.
Todo se volvió oscuro.

De repente…
mucho ruido. Voces.

Parece un sueño.
O algo más.

Veo a una chica.
Va en un vehículo que acaba de alquilar en un barrio pobre, como una ciudad medio abandonada.
El vehículo no lo conduce ella.
Lo conduce… un perro.

Un guía.
Un animal que, por alguna razón, tiene la capacidad de llevarte justo
donde más en el fondo deseas llegar.

Cuando está a punto de alcanzar una estación,
unos tipos encapuchados que la venían siguiendo…
la atrapan.

Justo antes de que cruce la puerta.
Ella grita. Un grito desgarrador, como si la estuvieran matando.

Gritan algo:
“Shigaz.”

Probablemente el nombre de aquello que ella usaba…
o estaba a punto de descubrir.

Esos hombres… no eran personas normales.
Eran oscuros, malignos.
La apuñalan.
La dejan tirada, desangrándose.

Una anciana, una señora muy pobre, se acerca para socorrerla.
La ayuda.
Ella, débil, se deja ayudar.

—Se trata del Shigaz —dice la mujer.

—¿Qué es eso? —pregunta la chica.

Y la mujer responde:
—Cuando estás a punto de hacer lo correcto,
cuando estás cerca de romper el patrón,
aparece el Shigaz.
Un obstáculo brutal.
Una herida que la vida te lanza por todo lo que has cargado.
Pero... aún puede que haya esperanza.

—¿Esperanza? Voy a morir... —gime ella.

—Quizás vivas —dice la anciana—.
Porque el guía… lo hará posible.

De pronto, todo se apaga.
Ella se desmaya por la sangre que ha perdido.
Oscuridad total.

Y sin entender cómo…
despierta.

Está sentada en un banco.
Su ropa sigue manchada de sangre.
Pero la herida…
ya no está.

¿Magia?
¿O el poder del Shigaz?

¿Qué es, exactamente, el Shigaz?
¿Un castigo? ¿Una advertencia? ¿Una oportunidad?

La veo mirar a los perros callejeros.
Busca al guía.
Cree reconocerlo.
Pero sabe que ese perro solo aparecerá
cuando, muy dentro de ti,
lo necesites de verdad.
Y él… lo sabrá.

Pronto descubrirá por qué no pudo entrar a la estación.
Y qué significa todo esto.

Y entonces…
vuelvo a verme a mí misma.

La chica intenta entrar a la estación.
Y yo…
cruzo la puerta de mi casa.

¿Qué coño acaba de pasarme?

Fue tan real...

No sé por qué…
pero me levanto la camisa.

Y ahí está.

La misma cicatriz.
La que tenía la chica en aquel extraño sueño.

¡La misma herida!

No tengo palabras.
No entiendo nada.
No sé si estoy despierta o dormida.
No sé si fue un mensaje… o un aviso.

Y justo cuando trato de ordenar mis pensamientos…
suena el teléfono.



Comentarios