Capitulo 4 - ¿Quién eres tú?

🌍 Click here to translate this chapter into your language.

                                                                                        CAP 4 









Sinceramente, parecía que estaba en otro país. Me sentía extraña. Tocaba mi pecho como si estuviera comprobando que aún seguía viva. Veía a la chica de aquel sueño tan real, y me sentía confundida. Miraba mi mano, esa mano que había tocado al chico al que llamaban "Lobo". Era extraño, pero se me hacía tan familiar...

Observé mi alrededor. Parecía una ciudad. Escuchaba a las personas hablando en español, mi idioma materno. Mientras caminaba, seguía observándola. Ella tenía una maleta en la mano izquierda y una carta en la derecha. Su pelo castaño llegaba hasta la cintura, con unos pocos rizos en las puntas. Vestía de forma sencilla. Parecía querer pasar desapercibida, aunque se notaba que podía destacar si quisiera.

A su lado estaba la señora que la había ayudado. Me armé de valor y le toqué el hombro. Al hacerlo, tuve unas visiones extrañas. Pasaron tan rápido por mi mente que apenas pude distinguirlas: una ciudad, una noche con una luna brillante... Casi me desmayo. Ella me sujetó.

—No me lo puedo creer. Eres tú. Has conseguido viajar...

No entendía nada. Me llevaron a una cafetería cercana para hablar. Al entrar, parecía que la mesa nos había estado esperando.

Ella comenzó a hablarme. No aguanté más. Empecé a llorar. Le conté que me habían secuestrado, que no entendía nada, que no sabía quién era Lobo ni por qué sentí algo raro al tocarlo.

—Lobo...—susurré.

Ella sonrió.

—¿Lobo? Cómo es el amor, ¿eh? Aún sientes esa conexión con el amor de tu vida.

—¿Qué? Explícame, porque ahora estoy más confundida que antes.

—Se podría decir que tú y yo somos una sola. Te haré un breve resumen. Ellos, donde está metido Lobo, son una organización creada para controlar el tiempo, cierta magia, y descubrir cosas para su propio beneficio. Te llevan siguiendo desde que tienes conciencia. Tu infancia fue dura, como una serie de pruebas... y las superaste todas. Sin mi ayuda ni la de Lobo. Eso es algo increíble en el mundo humano.

—Esas confusiones que tenías a veces... era yo intentando manifestarme. A veces te necesitaba, y otras, tú a mí. Nos llamábamos sin saberlo. Necesitábamos volver a unirnos.

—¿En esta vida?

—Sí, en esta. Has vivido muchas otras. Y Lobo... Lobo fue el mayor amor que tuvimos. Y yo podría jurar que también fue el suyo. El creyó estar protegiéndote al separarte de mí. Yo soy, por decirlo así, tu conciencia. Te daba poder y ayudaba a que tus recuerdos no se perdieran. Pero en esta vida... no pude. Nos hicieron separarnos. Para protegerte. Para no meterte en los planes que tramaba esa organización.

—Han torturado a Lobo. Me imagino cómo debe estar ahora: confuso, preocupado, con miedo de volver a perderte. Pidió encargarse de ti. Pero si descubren hasta qué punto está implicado contigo, lo verán como una traición. Y acabarán con él. Y muy probablemente contigo también.

Le pregunté cómo sabía tanto de Lobo si, en mi sueño, ella parecía tan perdida como yo.

—Me hicieron recuperar la memoria. A veces te veía. Otras, no. Lobo enviaba cartas a través de personas. Dependiendo de dónde estuviera yo. He viajado en el tiempo para descubrir para qué nos necesitan exactamente. Quieren volver a unirnos. Puede que sea lo mejor. Pero si lo hacen, nos intentarán usar.

—Solo te diré una cosa: pase lo que pase, aunque Lobo esté con ellos... te sigue queriendo. Y te protegerá. Recuerda eso.

Observé mi taza de café. Todo se nubló. Y me di cuenta de que había vuelto.

Estaba atada a una cama.

Y lo vi.

Aún llevaba el antifaz. Tenía cara de preocupado, el pelo castaño, y podría jurar que los ojos claros. Me miró. Nuestras miradas se encontraron. Intenté tocar su mano. Estaba sentado a mi lado. Lo conseguí.

Al ver nuestras manos juntas, la apartó rápido. Se puso serio. Se levantó. Empezó a mirar alrededor. Parecía observar mis fotos en la habitación.

—Estamos aquí para asegurarnos de que estás bien, después del viaje que has tenido. Hoy estoy aquí yo. Los demás están fuera. Y por si no lo has notado, estamos en tu casa. ¿Estás bien?

—Sí... —susurré.

—Supongo que fue agotador. Mañana nos iremos, pero seguiremos vigilándote. Te necesitamos para concluir lo que debemos hacer. Eres muy importante.

—¿"Nos" necesitáis o "me" necesitas?

Sonreí. No sé por qué hice esa pregunta. Ni por qué sonreí. Tal vez debería haber sentido miedo. Estaba atada a una cama, sin entender nada. Pero verle... me calmaba.

Él se puso nervioso.

—Te lo ha dicho ella, ¿verdad? Dios... No aguanto más. Te he echado tanto de menos. Sé que lo sientes. Aunque no lo recuerdes... lo sientes. Eres tan hermosa. Aún tienes esa mirada... esa que me mata. Y me está matando ahora mismo. Porque no sé explicarte todo lo que ha pasado... todo lo que me ha pasado.

No pude evitar sonreír. Mi corazón empezó a latir más fuerte.

Le vi cerrar con cerrojo la habitación.

—Quiero dormir contigo esta noche. No sospecharán. Están dormidos. Aunque eso me conlleve la tortura de mañana... tener tu olor.

Se acercaba a la cama. Le dije:

—¿Se trata de sexo? ¿Eso quieres? ¿O pretendes hacerme daño?

—No podría hacerte daño ni aunque me obligaran. Y en cuanto al sexo... —sonrió—. Tan mal pensada como siempre. He dicho "dormir contigo". Y eso ya es mucho... mi vida.

Su olor me recordaba a algo. Pero no sabía qué.

Vi sus labios. Casi le beso.

—No. No aguantaré. Si nos besamos, perderé el control y todo se irá al garete. Duerme.

Sacó su móvil y unos cascos. Puso uno en mi oído y otro en el suyo. Sonaba una canción a piano de nuvole bianche ludovico einaudi . Hermosa. 

Me acarició la cabeza. Me sentí como en casa.

Cerré los ojos. Y antes de quedarme dormida, escuché un:


—Te quiero, Tigresa.

Solté una leve risa. No entendía nada. Pero me dormí pensando en ese "Lobito"... lo único que me calmaba en esos momentos.

Al día siguiente, me enfrentaría a cosas que dejarían sin piezas mi rompecabeza





















Comentarios